dijous, 16 d’abril del 2015

La voz de los Dioses



Entramos de lleno con un dramático final a la última entrega de la trilogía “La Era de los Cinco Dioses” de la mano de Trudi Canavan, una autora que ha conseguido un éxito muy merecido tras las publicaciones de  las “Crónicas del mago negro”, “La maga” donde se recogen sus orígenes, la trilogía “La espía Traidora” y finalmente con esta trilogía que cierra un circulo de cinco coincidiendo de manera voluntaria o no a la relación que el lector encontrará en su novela con relación a este número.

Hagamos un breve repaso a las entregas anteriores para poder entrar de lleno en La voz de los Dioses, una voz que se oirá alta y clara aunque con propósitos un tanto oscuros.

En su primera entrega "La sacerdotisa blanca" nos introducía nuevos personajes y un conflicto social y religioso entre los tejedores de sueños y los sacerdotes, y donde Auraya se convertía en una de los elegidos por los Dioses, Auraya la Blanca, y jugaría un papel clave en lo que parecía se dibujaba en el futuro como una gran partida de ajedrez donde los Blancos deberían luchar contra un enemigo en ciernes.

En "La hechicera indómita" descubriremos el resultado de la lucha interna que sufren los Blancos, Auraya vivirá dos vidas en una, mostrará una cara de día intentando reconciliar los dos bandos en lo que parece un gran tablero de ajedrez, pero su lucha interna se cierne por la noche cuando las pesadillas salen desde las sombras para atormentarla.

En este cierre nos reencontramos con Auraya, que después de rechazar su condición de blanca y en su papel de defensora de los siyís, se verá de nuevo en medio de un conflicto y deberá decidir si seguir los deseos de los Dioses o seguir su propio corazón y el dictado de su alma.

Mientras, en la cara de la moneda, Mirar, reencuentra la aprobación entre los tejedores de sueños y Emerahl puede por fin unirse a los Pensadores para sumirse en la búsqueda del pergamino de los dioses.

Los pentadrianos, empeñados en vengarse de los conquistadores circulianos, se dedican a urdir planes y conspiraciones para vencer a sus enemigos sin entrar en conflicto directo. Tal vez la clave de todo esté en los indómitos, que emprenden la investigación de enigmas enterrados hace mucho tiempo: secretos que podrían cambiar el mundo...

No os voy a desvelar nada de la trama, es un final muy completo, si ya de por si la autora nos tiene acostumbrados a cerrar muy bien los capítulos y a dejarnos con ganes de más, en esta conclusión se ha superado. Estoy segura que no gustará a todos los lectores, pero a mí me ha ganado de nuevo.

Regresar a Ithania ha sido un gran regalo, poder continuar la historia con la voz de diversos protagonistas, cada uno dando su punto de vista hacia el conflicto que podrá destruir los muros de los grandes secretos, fluctuando la solidez y la presencia de algunos personajes y transportando a otros a un segundo plano donde la carga de la narración recae de manera más suave.


Fantascy ha cumplido con el gran reto de llevarnos a un mundo donde los Dioses gobiernan el mundo y los conflictos sociales y religiosos crean una sociedad desigual pero muy rica a la par.

Un final en 650 páginas que pasan en un suspiro, reconozco que me costó entrar de nuevo en la historia pero una vez recuperas ese hilo no puedes dejarlo ir, necesitas saber que sucederá con los protagonistas y a su vez con los pueblos, con los Indomitos, los Circulianos, los Pentadrianos y los Dioses.

Trudi Canavan sabe cómo seducir al lector con su prosa fresca y su gran imaginario, es una escritora muy detallista que deja poco al azar, sus tramas tienen muchos detalles y el lector casi se puede hacer una imagen mental de las tierras, de los pueblos y de los personajes.

Un final sorprendente que dejará al lector satisfecho y con ganas de conocer nuevos mundos de la mano de su autora.

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