dijous, 21 de maig del 2015

La cocinera


Foto: X.R.Trigo

Pocas cosas puedo decir de esta brillante, excelente e incomparable escritora que no haya dicho un millar de veces.

Coia Valls es una de las autoras más reconocidas en lengua catalana y su secreto recae en su habilidad para transportar al lector a épocas y lugares anclados en el tiempo pero que al ir leyendo se transforman en presente para el lector.

Con ella podemos disfrutar de una prosa fresca, nada retorcida y muy sensible, una lectura que se va fundiendo con el lector hasta llegar al corazón, el alma y la cabeza, un arte muy difícil de conseguir y que en su pluma parece una calidad innata y sencilla, llana, donde realmente el lector pierde el mundo de vista y se adentra en una vida ajena a la suya pero que recordará durante mucho tiempo.

Sus historias dejan sabor dulce al paladar, son sutiles y alientan al lector a descubrir mucho más de lo que se esconde tras las páginas que conforman una novela muy bien estructurada, con un hilo argumental definido y algo que va más allá.

Creo firmemente que lo que sus novelas transmiten de ella, es un corazón generoso, una personalidad contundente y una amistad que regala siempre con una sonrisa.
 
Después de disfrutar con "La princesa de jade", "El mercader" y "Las torres del cielo", por fin podemos disfrutar de su última novela publicada en formato de bolsillo gracias a Ediciones B, La cocinera es mucho más que una novela histórica, es la historia de superación de una mujer con gran talento capaz de cautivar con su trabajo tras unos fogones.

Nuestra nueva amiga es Constanza, una joven que deja atrás sus raíces y su tierra para llegar a la nuestra, una Barcelona convulsa donde viven sus abuelos, es una mujer dulce, un poco descarada pero con un carácter firme, sabe lo que quiere y luchará por conseguirlo.

Constanza sueña en ser una gran cocinera, pero el hecho de ser mujer en una época dominada por los hombres le hará las cosas muy difíciles y quién sabe si nunca podrá alcanzar su sueño.

Su travesía en barco desde Lima hasta Barcelona nos empieza a mostrar una joven con empuje y todo lo que deja atrás, como su amigo Iskay, un indígena de la tribu de los quechuas con quien desde pequeña a compartido sueños y secretos junto al Rímac.

Un contrapunto entre la naturaleza y la sencillez de un mundo que se va alejando poco a poco para mostrarnos un nuevo puerto donde su vida cambiará.

Todas tenemos en nuestro interior una Constanza, una parte de nosotros con sueños y esperanzas, con ansias de luchar por lo que parece casi imposible y al mismo tiempo encontrar nuestro lugar en el mundo.

Muchos de nosotros no damos mucho valor al hecho de llegar a casa y encontrar el plato en la mesa, no nos paramos a pensar en la persona que ha dedicado su tiempo y esfuerzo para preparar algo con todo su amor y pensando en la persona que se sentará en la mesa.

La cocina es un placer y un arte, tanto para quien lo hace como para quien lo disfruta, y un pecado para aquellos que hacen dieta y con este libro han tenido que sufrir mientras se les hacia la boca agua.

La cocina es indivisible a las tradiciones y a la cultura de cada lugar, un elemento que reúne a las familias y que aporta recuerdos de la niñez.

Una novela llena de contrapuntos, de contrastes y aromas, un plato bien construido donde ningún sabor solapa los demás, rico en texturas y colores, marinado por un ambiente donde disfrutar de la cocina ya sea sencilla o compleja.

La cocinera es en sí misma un menú completo de cinco estrellas.



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